martes, 1 de abril de 2008
posted by El Sastrecillo at 1:37

La movida madrileña ha vuelto a ser noticia. En esta ocasión no ha sido porque las calles de la capital se hayan llenado del espíritu ochentero sino que Almodóvar, Alaska, actrices como Bibiana Fernández o Rossy de Palma o la cantante Luz Casal hicieron que el mítico Baile de la Rosa, que se celebra en Mónaco, reviviera esos años.
En esta ocasión por mucha homenaje que le quisieran hacer a la movida madrileña algo que se notaba que no estaban en los ochentas era su vestuario. En esta ocasión se veían a los asistentes con trajes de gala y mucho lujo sobre sus cuerpos. Estaba claro que la esencia no se conseguiría transmitir.



La Movida surgió en los primeros años de la Transición como respuesta a la rancia herencia del franquismo. Un grupo de jóvenes, al principio eran 'cuatro mataos', demostró su interés por todo aquello que chocaba contra los valores establecidos y que se reunían en el mítico RockOla. Para aquellos que estaban en las provincias, Jesús Ordovás contaba lo que sucedía desde Radio 3 al ritmo de Nacha Pop, Alaska y los Pegamoides o Mecano. Almodóvar enseñó a España que era una 'lluvia dorada' y 'Un laberinto de pasiones'. Desde las páginas de El País, Francisco Umbral se encargaba de narrar todo lo que acontecía en el 'Madrid que nunca duerme'.
En esta fiesta que tanto ha llenado minutos en periódicos, telediarios y programas del corazón faltaron invitados con su pelo cardado, crestas, pantalones (subidos por encima del ombligo) ceñidos a las piernas con muchos brillos, las hombreras, los estampados difíciles...
 
1 Comments:


At 3 de abril de 2008, 11:32, Anonymous Anónimo

Aunque se quiera volver a esos tiempos, ya no es lo mismo, y eso que cada vez en este año pasado se llevaban más los pantalones pitillo de aquella época, ya que por lo poco que he visto como novedades para esta primavera-verano, vuelven otra vez los pantalones de campana...
Dentro de cada persona siempre creo que hay un espíritu "enamorado de la moda juvinil" jajaja.
Besitos y te sigo leyendo ...
wendy