Si os hablo de “haffa” o “Kuffiya” no sabríais muy bien ni de que os estoy hablando. En cambio, si os menciono la palabra “palestino” ya muchos sabréis por donde voy. Y es que, este año el pañuelo palestino lo hemos podido observar en las colecciones de los diseñadores en sus presentaciones de las pasarelas, en los escaparates de las tiendas de los centros comerciales y en los cuellos de miles de ciudadanos.
A pesar de lo que pueda parecer, la kefia lleva instalada en nuestra sociedad bastante tiempo. Muchos jóvenes, bastante despreocupados por las últimas tendencias pero interesados en temas políticos, la llevan usando años, aunque no por simple moda, sino como una expresión de libertad.
A partir de los años 70, siempre pudimos ver a Yasir Arafat con la kefia, también así conocida, en su caso enroscada en la cabeza. La prenda se había convertido en un signo de la conciencia de la causa Palestina, aunque antes del comienzo del conflicto con el estado de Israel, la kefia ya era una prenda ampliamente extendida en la región. Lo que sí es verdad, es que el pañuelo palestino no es una prenda circunscrita al ámbito palestino ya que en varios países árabes se hace un profuso uso del pañuelo, aunque existen todo tipo de variaciones regionales, con diferentes estampados y colores.

Muchas veces la moda consiste en dotar de un nuevo significado a prendas que nos ponemos. Para muchos llevar un palestino seguirá estando relacionado con el apoyo a Palestina, para otros con ser de izquierdas o con tendencias comunistas y para otros muchos simplemente les gusta, les parece útil y se lo ponen sin más complicaciones.